Estamos en medio de una temporada alta para la logística, lo cual implica un estrés para el sector logístico y comercial muy importante, pues la demanda crece a niveles casi imposibles de satisfacer, y en ciertos momentos disminuye inexplicablemente, sin embargo, año con año crece y lejos de no poder satisfacer el consumo, surgen formas innovadoras para cumplir con los estándares de producción y distribución. Actualmente, existe una crisis de transporte, abastecimiento y materias primas que impiden el libre desenvolvimiento de las actividades comerciales, por ello deben entenderse los aspectos que desencadenan la problemática.
Primeramente, debe aclararse que la incertidumbre logística no es sinónimo de ventas bajas o pérdidas económicas, sino de enfrentarse a desafíos nuevos para la industria hacia los cuales deben adaptarse las empresas. En este sentido, la incertidumbre representa dudas sobre cómo hacer funcional la cadena de suministro internacional ante las nuevas exigencias del mercado y los consumidores.
Así, la primera problemática a enfrentar es la inflación, que afecta principalmente a las empresas dedicadas al e-commerce y entregas de última milla, pues son quienes absorben los gastos derivados de altos costes de materia prima y energía, lo cual encarece los productos terminados que llegan a los centros de distribución, y son estas empresas las que enfrentan los principales picos de demanda y los cambios en las tendencias de consumo, ya que ellas planean la logística de distribución y almacenaje previo a llegar a las manos del cliente final.
El comportamiento de la demanda es un factor clave a tomar en cuenta para el cierre del 2022, pues es otro elemento que añade incertidumbre a la temporada, ya que no conocer qué niveles de abastecimiento deben contemplarse genera costos y tiempos innecesarios que pueden intervenir con la eficiencia logística que tiene que satisfacerse. Hay expertos que pronostican una disminución de demanda comparado con las mismas fechas en años anteriores, lo cual tiene una explicación en la sobreacumulación de inventario que se realizó a lo largo del año previniendo la situación.
Otro problema que se suma es el aumento en los costos de producción, a raíz del aumento de los elevados precios de combustibles y energéticos, que impacta a su vez en el encarecimiento del transporte y su escasez. Siendo el transporte un pilar para cumplir con el abastecimiento de las cadenas de suministro.
La demanda para este cierre del 2022 estará determinada por la urgencia que tienen todas las empresas importadoras y exportadores de que sus mercancías arriben a sus centros de distribución finales en tiempo y forma, que viene marcada por una crisis de transporte marítimo y terrestre, de la mano con un comportamiento inestable en los mercados y pronósticos negativos.
Siendo así, la manera más factible de hacer que la logística en el último trimestre del año resulte factible, es provisionando, y planeando cada movimiento involucrado en la cadena logística: producción, aprovisionamiento, transporte internacional, despachos aduanales, emisión de certificados, etiquetados eficientes, distribución local y de última milla, etc. Esto solo será posible con un esfuerzo coordinado entre entidades públicas y privadas, pues la infraestructura logística es un elemento indispensable para poder cumplir con todos los estándares que demandan esta temporada.
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